Por: Martha Tarazona
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre. [Hec. 1:4].
Shavuot o pentecostés es una doble acción de gracias: por el donativo inmaterial de la Torá y por los productos materiales del suelo. Es una de las fiestas de peregrinaje (Shalosh Regalim), en épocas antiguas, todos los hombres acudían durante esta fiesta al templo de Jerusalén, para agradecer a Di-s por los frutos que habían recogido, también, llevaban dos panes de trigo [1]
Desde el día de la ofrenda de la cebada, segundo día de Pésaj, hasta el día de la ofrenda de las primicias, han corrido siete semanas. De aquí el nombre de esta festividad Shavuot, palabra que en hebreo significa semanas, y se celebra los días 6 y 7 de Siván, es decir el día 50 de Sefirat Haómer.
Esta fiesta también es llamada Jag Habikurim (fiesta de las primicias) y Zemán Matán Toratenu (fecha de la entrega de la ley). Por este motivo, en esta fiesta, se lee el libro de Rut, como un relato que describe la cosecha, la caridad y el amor. Shavout es la fiesta del decálogo, por ello, se leen los 10 mandamientos. [1]
En Shavuot el pueblo de Israel recibió los 10 mandamientos, grabados en las dos tablas de la ley. Pésaj conmemora la independencia de los judíos, Shavuot se considera la fecha del nacimiento del judaísmo. [1]
¿Cuáles son las comidas características?
Dicen los sabios, que la Torá es dulce como la miel y reconfortante como la leche, de aquí el origen del consumo de los pastelitos de miel, tortas de queso y comidas lácteas. También, en este día de la entrega de ley los Israelitas habían vuelto rendidos a sus carpas, por lo tanto, echaron mano de cualquier plato de queso o leche que pudieron hallar. [1]
¿Qué sucedió cuando HaShem dio los mandamientos a Israel en el Sinaí?
- Inicialmente, HaShem ordenó que el pueblo se santificara porque él vendría en una nube espesa y se mostraría a todo el pueblo.
“Entonces HaShem dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a HaShem. Y HaShem dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día HaShem descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. [Éx. 19:9-11].
Según Rabí Yehudáh Haleví, dice que la preparación para la revelación incluía la purificación moral y la física. Maimónides relata que Israel entró en la alianza mediante tres actos: la circuncisión, la inmersión (teviláh) y la ofrenda de sacrificios. [2].
- Seguidamente hubo truenos, relámpagos y una voz de shofar.
“Aconteció que, al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento” [Éx. 19:16].
Estos fenómenos naturales que acompañaron a la revelación y que hicieron temblar violentamente la montaña, eran para Israel la mayor prueba, que el Di-s que los había elegido y que ahora iba a revelarles su ley, era el maestro absoluto de los elementos del cielo y de la tierra, es decir su creador. Ninguna otra divinidad podría ser comparada a su Di-s y ninguna otra verdad podía existir en el mundo fuera de la suya. [2]
La voz del shofar que acompañaba la promulgación de la Torá, debía proclamar que ésta iba a llevar a los hombres el mensaje de la libertad. Igualmente, el anuncio de la redención mesiánica de la humanidad, tendrá lugar igualmente, bajo la señal del shofar, en ese día resonará el gran shofar. [2]
- El monte estaba humeando y temblaba.
“Todo el monte Sinaí humeaba, porque HaShem, había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. [Éx. 19:18].
HaShem se revela a los hombres de diversas maneras, y éstos corresponden al grado de sabiduría y conocimiento que poseemos de Di-s. Donde unos ven más que tinieblas, los otros perciben la luz a través de una nube y para otros no hay más que humo. [2]
El pueblo vio estremecerse la tierra bajo la majestad divina. La creación se emociona, los truenos retumban, los relámpagos brillan, las montañas se sobresaltan, el aire está lleno de sonidos del shofar, pero Israel no tiene más oídos que para escuchar el diálogo de Di-s con Moisés. Oye hablar a Moisés y a HaShem respondiéndole en voz alta, según Rabí S.R. Hirsch. [2]
¿Qué sucedió en Pentecostés?
Partimos de la muerte y resurrección de Yeshúa, y la promesa del Padre. Cuando Yeshúa murió, esos fenómenos naturales que acompañaron la revelación de HaShem en el Sinaí, fueron también vistos a los ojos de quienes lo habían crucificado.
“Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad” [Lc. 23:44-45]
“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando a Yeshúa, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Di-s. [Mt. 27: 51-54].
El cumplimiento de los mandamientos y la promesa del Padre.
“Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros… El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él… Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho…. Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí” [Jn. 14:15-17, 21, 25-26, Jn 15:26].
Yeshúa se les apareció a los apóstoles durante 40 días y les dice que esperen la promesa del Padre.
…apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Di-s. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. [Hec. 1:3-5].
En el día de pentecostés (# 4004 del Strong =cincuenta), también se dieron fenómenos naturales, como los presenciados el Sinaí y en la muerte de Yeshúa.
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” [Hec. 2:1-4].
Entonces, Pedro se levanta y dice: “Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Di-s, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días. Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre. Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” [Hec. 2:15-21].
Para la entrega de la Torá, era necesario la preparación del pueblo, durante 50 días, Después de la resurrección de Yeshúa, Él estuvo dando instrucción a los discípulos por 40 días, y en el día 50 fue pentecostés, es decir, que el pueblo debía tener un tiempo de preparación para recibir la promesa del padre.
El nuevo pacto
La torá fue dada en tablas de piedra, en el nuevo pacto con Yeshúa; no es en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. [2 Co. 3:3]. El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica [2 Co. 3:5].
“Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? “[2 Co. 3:7]
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” [ 2 Co. 3:17-18]
Amigo lector, así como el pueblo de Israel se preparó 50 días para recibir la Torá, y los apóstoles fueron preparados 50 días para recibir la promesa del Padre, Así mismo, nosotros, hemos hecho el conteo del Omer por 50 días, preparándonos para algo especial. A parte, de la preparación, HaShem le ordenó a Moisés que el pueblo tenía que estar purificado; del mismo modo, debemos purificarnos ya que HaShem es santo, y sin santidad nadie le verá.
¿Qué esperamos en este tiempo, si ya se entregó la Torá y ya sucedió pentecostés?
Esperamos la Promesa del Padre, el ministerio del espíritu: si fue glorioso el ministerio de muerte grabado con letras de piedra, ¿cuánto más glorioso será el ministerio del espíritu? Esperamos el derramamiento del espíritu sobre toda carne como lo anunció el profeta Joel.
¿Con qué propósito HaShem enviará su espíritu?
El propósito de Pentecostés fue dar poder a los discípulos para predicar: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” [Hec. 1:8].
El mandato de Yeshúa a los discípulos era que predicaran el arrepentimiento, el perdón de pecados, que sanarán enfermos y anunciaran el reino de Di-s, es decir, que siguieran el legado de Juan el Bautista: arrepentíos porque el reino de Di-s se ha acercado [Mt. 3:2], y el legado de Yeshua: predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo [Mt. 4:23].
Que, en esta fiesta de Shavuot, sea la marca indeleble, en nuestra vida del bautismo en el espíritu santo:
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” [Hec. 1:4-5].
Y que podamos ser revestidos de poder para predicar arrepentimiento, perdón de pecados, sanar enfermos, proclamar el reino de Di-s y anunciar las maravillas de HaShem nuestro creador, de Yeshúa nuestro salvador y el Ruaj HaKodesh, el cual “nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” [Rom. 8:26].
¡Jag Shavuot Sameaj!
Referencias
[1] Schlesinger E.C. (1970). Tradiciones y costumbres judías. Un viaje alrededor del año hebreo. Editorial Israel. Buenos Aires. Vol. XIX. Séptima edición. Pág. 93-106.
[2] Munk, E. (2001). La voz de la Torah. Comentario del pentateuco. Edición original en
francés. Fundación Samuel y Odette Levy. Paris.
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Martha Patricia Tarazona Díaz Ph.D. Miembro de la comunidad Yovel. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]