Por Angie Ramírez

“Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir” [Marcos 10:45(a)]

Así como el pueblo estuvo expectante, esperando que el Sumo Sacerdote saliera del Beit Hamikdash para darles la noticia de la expiación de pecados; así mismo estuvimos hace unas horas, ensayando lo que será el momento del Juicio Final, en que esperamos que Yeshúa Ha Mashiaj salga de la Presencia de Hashem a darnos las buenas nuevas. Está dicho en [Hebreos 9:12]: “entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno”.

A estas horas estaremos finalizando el ayuno de Yom Kippur, el regocijo y la alegría nos deben invadir, imagino un ambiente lleno de shalom entre hermanos, de tranquilidad, de descanso y cantando aquella canción que nuestro querido grupo Na`ale compuso: “Yeshúa triunfó, sobre la muerte venció, enaltecido y exaltado sea Él, mi Señor, Varón de guerra, con su Sangre mi vida pagó, Hijo de la Promesa, mi Redentor. Cantaré al Señor mi Di-s pues Él, me liberó, Él es mi Fuerza y mi Canción, laralalalalalá”; y no es para menos, ya que cercanos al Padre, es la oportunidad perfecta para la fiesta que sigue: Sucot, una fiesta que inicia tan solo unos días posteriores a Yom Kippur. Los rabinos coinciden en decir que dicha estrechez entre la una y la otra, tienen como significado especial que el pueblo no “quiere dejar ir al Eterno, quiere que se quede y que la relación que se restableció no se pierda sino por el contrario, permanezca”.

Así que este es un tiempo de confiar en el Eterno, ya que recordamos que en cabañas vivimos, y lejanos a la comodidad de nuestra casa, tomamos alimentos en la sucá, entreviendo las estrellas y en compañía de nuestros invitados. Batiendo las significativas cuatro especies que representan a cada uno de nosotros. Éste sin lugar a dudas, es un tiempo especial para reflexionar frente a lo que dice en [Marcos 10:45(a)] “Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir”. Por lo que es propicio pensar en iniciar este año sirviendo en cada momento y las oportunidades para hacerlo son muchas, así como Yeshúa dice en [Mateo 25: 35-36]: “Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron”. Que este sea un tiempo para usar todos los atributos con que el Eterno dotó nuestra alma para ser usados a su servicio.

Shavúa Tov

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A sus catorce años conoce al Señor en un contexto cristiano. Hace 6 años llegó a la comunidad Yovel . Casada con Sebastián Molina en la Kehilat y junto a su hijo Eitan, hacen parte de una de las familias que conforman la comunidad. En la actualidad, además de escribir artículos para la revista digital Shavúa Tov, sirve en el Ministerio de Jóvenes. Es mamá y esposa tiempo completo, y psicóloga organizacional en un hospital medio tiempo.  Vive agradecida con El Eterno porque a lo largo de su vida le ha mostrado Su Misericordia, Amor y Bondad.

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